Actualmente la hidroeléctrica Chixoy representa un 60% del total de la energía eléctrica generada por el INDE y un 15% a nivel nacional.
Su construcción surgió a finales de los años 70 como una alternativa para solventar una crisis petrolera mundial que elevó drásticamente los precios de los combustibles dañando la economía guatemalteca, ya que la generación térmica a base de petróleo era de un 70% en el país.
El embalse de Chixoy está situado en una zona de montañas rocosas donde concluyen los ríos Salamá, Carchelá y Chixoy, la presa es de 105 metros de altura, conformada por arcilla y roca de arcilla confinada, mismo material que rodea la presa. Tiene un volumen de 300 millones de metros cúbicos de agua.
Este embalse le da energía a las turbinas que inicialmente generaron 1 mil 700 millones de kilovatios hora al año, más del doble de la energía que consumía Guatemala en 1982.
En 1985 recibió el premio mundial de ingeniería Ingersoll Rand, por su impresionante infraestructura y el esfuerzo que implicó su construcción.
Para elevar su capacidad de generación, en 1996 se construyeron las compuertas del vertedero dándole al embalse tres metros más de agua, lo que significa un poco más de 35 MW adicionales de capacidad de generación.
Alrededor de la hidroeléctrica se desarrollan proyectos de reforestación para proteger las cuencas de los ríos de la erosión, de esta manera se estimula la flora y fauna silvestre y se incrementa la emisión del oxígeno.